Fue hace ya algunos años cuando descubrí la estrecha relación existente entre el cuerpo y las emociones. Mi formación en Fisioterapia, Terapia Craneosacral y Counselling Humanista Integrativo me han ayudado tanto a nivel personal como profesional a entender mucho mejor las historias y mensajes que nuestro cuerpo es capaz de recordar y que en muchas ocasiones nos pasan completamente desapercibidos por no saber escucharlos con atención. 

Considero que el cuerpo es el gran olvidado en nuestra sociedad. Desde pequeños nos educan para pensar, razonar y saber utilizar la mente, pero apenas nos enseñan a sentir, a identificar nuestras verdaderas necesidades y emociones o a escuchar nuestro cuerpo. Solo nos paramos a escuchar al cuerpo cuando enfermamos, nos duele y nos obliga a parar, solo lo cuidamos después de los excesos navideños o unas semanas antes del verano para mostrarlo en la playa. Bajo mi punto de vista un gran error, pues el cuerpo es sabio y puede ser nuestro gran aliado, tanto en el día a día como en los procesos de terapia personal, ya que nos avisa cuando las cosas no van bien o no están funcionando como deberían. 

De ahí que en mis sesiones siempre trate de integrar cuerpo, mente y emoción, pues considero que al tratar con personas es esencial trabajar de manera global y a diferentes niveles, atendiendo no solo a los síntomas o a las conductas, sino también a los pensamientos y las emociones que existen por debajo. Esta es mi manera de trabajar desde el Counselling Humanista Integrativo en el Instituto Galene. Trabajo así tanto en las sesiones con mis pacientes como a la hora de acompañar y tutorizar a los alumnos del Máster de Psicoterapia Humanista Integrativa y del Máster de Counselling Humanista Integrativo de los que soy profesora.

Además de todo lo relacionado con el cuerpo, mi otra gran pasión son los cuentos. Me gusta leerlos, escribirlos y coleccionarlos. Los cuentos me permiten conectar con mi parte más creativa, con mi niña interior y todas sus vivencias, con su inocencia, sus sueños y alegrías, pero también con sus necesidades y vulnerabilidad. Para mí, los cuentos son una herramienta más en mi trabajo como terapeuta. Los utilizo tanto con niños como con adultos, pues los considero un gran recurso para darnos cuenta a nivel simbólico de lo que nos sucede y poder trabajar después a nivel emocional. Para mí son una forma de expresión, inspiración y reflexión.

También me encantan los niños, bailar y por supuesto mi trabajo. Acompañar a las personas a explorar y reconectar con su cuerpo, a poner voz a sus historias y a expresar sus emociones de manera sana. Por eso continúo formándome y aprendiendo día a día, para ofrecer a mis pacientes en cada sesión todos mis conocimientos, todo lo que sé y todo lo que soy ahora. Desde el amor, el respeto y la honestidad. Me gusta acompañar a las personas que están pasando por un momento complicado en sus vidas a recuperar la confianza, el poder y la seguridad en sí mismas. Porque todos estamos hechos de historias, pero es elección de cada uno poder decidir cuándo y cómo reescribirlas. Si crees que es tu momento y quieres que yo te acompañe, nos vemos en Galene.