Lo que hace que algunas personas tengan miedo a hacer terapia es variado y desafortunadamente muy frecuente. En mis más de treinta años como psicoterapeuta he atendido a muchísimos pacientes que iniciaban su proceso de psicoterapia después de varios años retrasando la decisión. Al menos ellos consiguieron vencer esas resistencias internas que todos tenemos e iniciaron un proceso que les cambió la vida. Siempre para mejor. Jamás he visto a ninguna persona a la que la psicoterapia al menos de nuestro enfoque Humanista Integrativo, le haya servido para estropear su vida.
El miedo al cambio está presente en todo ser vivo. La explicación es bastante simple, lo que hago o mejor el cómo soy, me ha traído hasta aquí con vida. He sobrevivido gracias a esas decisiones que tomé en mi infancia y que siguen activas a día de hoy. Decisiones que en muchos casos son inconscientes y que están mediatizando muchísimos por no decir todos, los aspectos de mi vida. Sirvieron para sobrevivir y por supuesto generan que mi vida esté en modo supervivencia.
Si quiero dejar de sobrevivir y comenzar a vivir, tendré que vencer mi miedo a hacer terapia, y en el transcurso del proceso terapéutico, enfrentarme a todos esos cambios que habrá en mi vida y vencerlos gracias al acompañamiento de mi terapeuta. Ya no estaré solo o sola frente a mis fantasmas, contaré con la ayuda de un profesional con experiencia, con una buena preparación profesional para ayudarme en mi proceso.
Otro miedo a hacer terapia es la fantasía de “descubrir algo terrible de mi pasado que me destroce internamente” (palabras textuales de una antigua paciente mía que tardó varios años en decidirse a iniciar su psicoterapia) En mi experiencia cuando el paciente descubre algo oculto de su pasado provoca un “eureka” o expresión similar, que manifiesta su alegría por ese descubrimiento, ya que a partir de esto podrá afrontar la decisión de cambio.
La inmensa mayoría de las personas adultas de nuestra sociedad ya saben que existe la figura profesional de psicoterapeuta aunque muchas veces la confundan con la del psicólogo. El miedo a hacer terapia motiva que la mente active argumentos o más bien excusas que justifiquen no hacerla. Se pueden aferrar a cualquier historia de un amigo o de un conocido de un amigo que fue al psicólogo y no le fue bien. Ya sabemos que nuestro inconsciente puede conseguir “pruebas irrefutables” para lo quiera justificar y si lo que impera es el miedo a hacer terapia, saldrán muchas excusas para evitarla.
Una fantasía que también se escucha es que si hace terapia te van a comer el coco, van a decirte lo que tienes que hacer. Por supuesto que esto no es más que o desconocimiento u otra estrategia inconsciente para evitar el miedo a hacer terapia. La preparación de un psicoterapeuta humanista integrativo además de tener el grado universitario y una formación en psicoterapia acreditada, incluye un largo y profundo proceso de psicoterapia personal que garantiza que va a actuar profesionalmente. Si el terapeuta le dice a su paciente lo que le pasa, habrá quemado esa vía pues para que alguien pueda cambiar adecuadamente debe ser quien descubra lo que le pasa. Desde nuestro enfoque lo que buscamos es que nuestros pacientes con nuestra ayuda realicen sus descubrimientos y a partir de ahí tomen sus decisiones de cambio y después las actúen con éxito.
Pueden ser muchas las excusas, justificaciones o “argumentos” que surjan para evitar ese miedo a hacer terapia. Cada persona tendrá que evaluar y decidir por sí misma, de ello dependerá su vida futura. Lo que está muy claro para mi es que cada día que pasa me alegro más de hace ya más de treinta años, haber iniciado un proceso de terapia que cambió mi vida y me ayudó a ser quien soy en la actualidad y sentirme satisfecho de ser como soy.
