Guillermo Zurita

Guillermo Zurita

enero 3, 2020 ·

Cómo superar la muerte de un hijo

Cuando hablamos de superar la muerte de un hijo estamos hablando de superar el duelo de un hijo y no cabe duda de que se trata de una de las experiencias más duras y para las que no estamos preparados los padres.

Al menos en occidente, afortunadamente no tenemos presente la posibilidad de tener que pasar por el duelo que causa perder a un hijo. Podemos tener en mente que podamos tener que realizar el duelo de perder a abuelos, padres e incluso hermanos, pero nunca a un hijo.

Aunque las fases del duelo se desarrollan de forma parecida, dependiendo de las diferentes circunstancias que pueden rodear la muerte de un hijo va a variar el proceso de duelo. Por lo tanto, vamos a ir abordando cada una de ellas…

Cómo superar la muerte de un hijo por cáncer

En el proceso de duelo al fallecer un hijo, como consecuencia de haber padecido un cáncer, vamos a destacar algunas de las fases que tienen más relevancia por la particularidad de la pérdida.

En los casos en los que el fallecimiento por cáncer se produce tras una enfermedad larga, la fase de negación la vamos a poder ir elaborando de una forma más o menos espontánea.

Sin embargo es posible que la fase de racionalización nos cueste algo más. Esto es debido a que algunos cánceres, y sobre todo los infantiles, no tienen una causa clara.

Puedes ver la diferencia con el diagnóstico de un cáncer de pulmón en un fumador… La fase de racionalización, pese al gran impacto que puede suponernos, resulta más fácil de realizar.

En los casos de cáncer infantil es fácil que nos enganchemos a darle vueltas.

¿Y por qué a mi hijo?

Cuando nos encontramos en esta fase y no paramos de preguntarnos sobre las causas de que nuestro hijo enfermo con cáncer tenga la mala suerte de no superarlo, nos va a impedir poder despedirnos adecuadamente, ya que mientras permanezcamos en la fase de racionalización nos será muy difícil pasar a la etapa en emocional. Por lo tanto el duelo se queda bloqueado en ese punto pudiendo producirse un duelo patológico.

Nos centramos ahora en la etapa emocional del duelo, que está compuesta, como puedes leer pinchando en el enlace anterior, de cuatro fases.

Me gustaría destacar dos de ellas.

Fase de protesta: padecer un cáncer es, por definición, una injusticia de la vida. Por lo que, en ese caso, tendremos mucho de lo que quejarnos… La Rabia sería la emoción que vendría después de haber podido gestionar ese… «¿Por qué a mi hijo?»

Que podamos dar salida a la rabia es una clave importante para poder realizar un proceso adecuado.

Puedes leer más acerca de cómo expresar la rabia de forma sana en el artículo de blog «cómo controlar la ira».

Fase de miedo: Es la otra de las fases de la etapa emocional que me gustaría destacar ya que, en muchas ocasiones no se aborda como la abordamos desde la psicoterapia humanista integrativa y creo que es otra de las claves que te pueden permitir realizar un proceso de duelo de forma exitosa.

En el caso de los padres que no están preparados, como he dicho antes para sobrevivir a un hijo, la fase de miedo está sujeta al pensamiento

«¿Qué va a ser de mí a partir de ahora?»

Es decir, cómo va a ser mi vida sin ésta relación.

Evidentemente la relación entre padres e hijos es una de las relaciones más importantes que podamos tener y, cuando se produce la pérdida, tendremos que redefinir nuestra familia al completo, nuestras relaciones interpersonales y nuestro futuro, sin poder contar con la relación que teníamos con nuestro hijo.

Cómo superar la muerte de un hijo por accidente

Al contrario de lo dicho en los casos de fallecer un hijo por una enfermedad grave, en los casos de un fallecimiento por accidente, no vamos a tener ese margen de tiempo que nos da el proceso de la enfermedad para poder ir haciéndonos a la idea.

En los casos de fallecimiento accidente, nosotros nos despedimos por última vez de nuestro hijo sin saber que sería la última, teníamos planes de futuro y de repente ya no está.

Cuándo se produce éste tipo de fallecimientos, la negación es una de las fases que más cuesta superar. Debido precisamente a que nuestro cerebro tarda en hacerse a la nueva realidad. Y es fácil que quiera fantasear con que eso no haya ocurrido.

Pensamientos del tipo…

«Y si no hubiera tomado esa curva a esa velocidad»

«Si no hubiese decidido ir a que el viaje»…

Nos podemos plantear tantos supuestos para anular el resultado como elementos que contribuyeran al accidente.

Esto puede estar relacionado con lo que decía antes, en la fase de racionalización. Es aparte de encontrar las causas a una pérdida. Y las causas no son lógicas para nuestro cerebro, por lo que se va a resistir a aceptar lo ocurrido.

Si el accidente ocurrió por haberse puesto en riesgo, es común la aparición de culpa en los padres. Suele ir ligada a pensamientos del tipo:

¿Qué hice mal?

¿Cómo no le advertí del peligro?

¿Por qué lo haría?

Son pensamientos muy parecidos a los que suelen aparecer en el duelo por el suicidio de un hijo (si quieres saber más pincha el enlace)

Pasando a la etapa emocional, suele ser complicado de gestionar debido a, como ya he comentado, ser un fallecimiento inesperado y a que nos puede dejar con la sensación de que algo malo puede pasar en cualquier momento. Y eso es justo lo que puede impedirte vivir en paz.

Cómo superar la muerte de un hijo asesinado

Aunque afortunadamente en España es poco frecuente, el duelo por la muerte de un hijo que es asesinado suele ser de una complejidad aún mayor.

En parte porque nuestro cerebro no es capaz de asimilar, el hecho de que otra persona voluntariamente haya acabado con la con la vida de nuestro hijo.

En este sentido, tanto la fase de negación como la de racionalización, van a ser muy difíciles de superar.

La negación al igual que contaba en la muerte por accidente resulta complicada porque, al ser tan imprevisto, nos cuesta hacernos a la idea de que esa persona ya no está. Para gestionarla, siempre que el estado del cuerpo lo permita, es bueno verle y tocarle, por muy duro que pueda parecer.

La de racionalización también tiene su dificultad debido a que, como se trata de una muerte que otra persona ha provocado, necesitaremos darle una explicación lógica, lo cual, igualmente es muy complicado.

Pero en este tipo de duelos, la parte más complicada va a ser la etapa emocional. Como puedes leer el artículo sobre las emociones básicas (pinchando en el menú principal), todas las emociones tienen una función. Las emociones nos sirven para saber lo que está pasando fuera y en consecuencia actuar. Desde esa perspectiva la rabia es una emoción que nos informa de que nos están agrediendo y nos permite reaccionar.

Cuando la agresión es que han asesinado a un hijo, es enorme, y por lo tanto la emoción que probablemente se desate sea de la misma intensidad.

Una de las formas de gestión de rabia que podemos encontrar, puede ser a través de la venganza, intentando tomarse la justicia por su mano. En otros casos podemos encontrar a padres buscando gestionar su rabia a través de promulgar cambios legislativos, para que las condenas sean mas duras u otros tipos de actuaciones.

En éste último caso, a diferencia de la venganza, podríamos no estar cayendo en pasar de rabia a violencia, pero aún así, viéndolo desde la perspectiva del duelo, puede que haya mejores formas de gestionar la rabia de cara a poder vivir sin arrastrarla durante mucho tiempo.

Para ello es indispensable el trabajo terapéutico del duelo y, concretamente la expresión emocional sana en un contexto de terapia. En este sentido desde la Psicoterapia Humanista Integrativa contamos con herramientas para trabajar nivel profundo y poder liberar a la persona de emociones tan intensas como las de los casos que tratamos en este artículo.

El duelo de un hijo no nacido

El duelo de un hijo no nacido es uno de los ejemplos más claros en los que podemos encontrar un duelo desautorizado.

Lo primero que se encuentran las personas que sufren la muerte de un hijo en periodo de gestación, es el desconcierto del entorno y en muchas ocasiones se encuentran con que minimizan su sufrimiento, haciéndole sentir como inadecuados o exagerados.

En este sentido, como estás leyendo el artículo, si éste es tú caso, aprovecho para validar tus emociones sean cuáles sean. Cuando perdemos un hijo que estábamos esperando, en período de gestación, sea cual sea el estadio, en realidad estaremos perdiendo un hijo igualmente. Seguro que teníamos planes, estábamos organizando la casa, organizando nuestra vida y toda una serie de cambios en función de que iba a nacer nuestro hijo en un futuro cercano.

Cuando el embarazo no llega a término, y se produce un aborto, perdemos todo ese proyecto de vida en común que teníamos. Es muy común encontrar que el entorno, con la mejor de las intenciones, trate de animarnos diciendo frases del tipo

Ya tendrás otro.

Seguro que venía mal.

Y otras por el estilo…

Son frases que, aunque estén dichas con la mejor intención, no ayudan en absoluto, porque chocan frontalmente con lo que está sintiendo el padre o la madre de ese hijo no nacido.

Esa falta de acompañamiento del entorno puede dificultar en gran medida el proceso del duelo, por lo tanto, si has perdido un hijo no nacido o si estás relacionándote con alguien al que le haya sucedido es mucho mejor evitar esta forma de gestión.

Ayudaremos mucho más con frases del tipo.

Lo lamento mucho, puedes contar conmigo.

Y preguntarle a las personas que lo estén pasando si necesitan algo o si les podemos ayudar. También es importante, no desviar la atención o cambiar de tema. porque justo justo estaríamos tocando en la herida de ninguneo o de no ser importante la pérdida.

Duelo de un hijo recién nacido

El duelo por un hijo fallecido en las primeras semanas de vida genera un impacto enorme en toda la familia cercana.

Cuando ya estaba aquí, tras la gestación y el parto, cuando ya parecía que nada podría ir mal, nos encontramos con la terrible noticia de su fallecimiento.

Seguro que tras leer estas líneas has notado emociones en sintonía con la terrible experiencia que debe resultar perder a un hijo recién nacido.

Cuando se trata de personas tan vulnerables es muy fácil que aparecerán sensaciones de culpabilidad en los padres. Suelen ir acompañadas de pensamientos como…

¿Habré hecho algo mal?

¿Habrá sido por mi culpa?

Me tendría que haber dado cuenta de que algo iba mal

En la etapa emocional, en la fase de miedo del duelo, además del miedo a vivir sin la relación, que se produce en todos los duelos, se puede sumar el miedo que producen pensamientos como los anteriores, que desembocan en la duda sobre la paternidad misma.

La muerte de un hijo se supera

Pues sí, afortunadamente haciendo el proceso profundo de terapia de duelo, se puede superar la muerte de un hijo.

Aquellos que estén leyendo por haber sufrido en primera persona una pérdida así, sabrán que inicialmente se siente como imposible. Y justo es el punto en el que, si no se actúa, puede resultar traumático, impidiendo poder seguir viviendo plenamente, y en algunos casos, pudiendo desarrollar un duelo patológico.

En muchas ocasiones surgen resistencias para realizar el duelo porque sentimos que, si nos despedimos, estaríamos traicionando la relación que compartimos en el pasado.

Así, cuando surgen las resistencias a despedirnos, puede resultar interesante reorientarlas hacia un acto de amor. Lo que nos conecta de lleno con el dolor es el amor que hubo y, por lo tanto, el duelo en sí mismo se convierte en un acto de amor y no de traición.

Si has tenido la mala suerte de vivir la muerte de un hijo, mi recomendación es que busques un psicoterapeuta humanista integrativo con el que poder superar la pérdida.

Y, ¿por qué un psicoterapeuta humanista integrativo?

Porque una de las características que identifican el modelo de terapia Humanista Integrativo es el trabajo emocional a nivel profundo como forma de conseguir cambios estables en el sentir de las personas.

El trabajo emocional debe realizarse con profesionales preparados para que sea seguro y eficaz.

Así que sí, se puede superar la muerte de un hijo pero siempre y cuando se pongan los medios adecuados y se reciba la ayuda profesional oportuna.

12 comentarios

  1. Me resultó muy interesante el artículo. Trabajo el tema del duelo. El aporte para estos casos lo valoro. Gracias Guillermo

  2. Vaya, tanto tirar de manual para acabar haciendo publicidad de la propia escuela psicoterapéutica. Muy impregnado de interés veo el artículo, a parte de reduccionista. Manualizar procesos tan complejos tiene sus riesgos. Reconozco el esfuerzo de realizarlo pero me ha parecido superficial. Espero se me permita la crítica.

    Saludos

    1. Hola Enric,
      La verdad es que me encantan las críticas porque además de obligarme a parar y reflexionar me hacen mejorar cada día.
      El objetivo del artículo es transmitir a personas que estén pasando por el duelo de un hijo, que es normal lo que sienten, que tiene explicación y que, con ayuda, se puede recuperar una buena calidad de vida emocional.
      Supongo que entenderás que si en el Instituto Galene trabajamos desde la Psicoterapia Humanista Integrativa será porque pensamos que es la mejor forma de acompañar a nuestros pacientes (lo cual no quita para seguir aprendiendo y evolucionando diariamente). Con lo cual no entiendo tu sorpresa en mi recomendación al lector para que pida ayuda a algún profesional que trabaje desde ese modelo.
      El otro punto interesante de tu comentario sobre «manualizar»… Pues la verdad, tampoco creo haber escrito un texto de autoayuda superficial, de hecho, mi intención es aportar algo de luz al que busca respuestas, solamente eso. Para que, una vez encontradas, sea más libre para tomar decisiones de mejora.
      Lamento que no haya sido visto así por tu parte… Y aún así agradezco las molestias en escribir el comentario.
      Un saludo

  3. Hola, Guillermo. Gracias por el articulo.

    Actualmente me encuentro trabajando en el duelo por la perdida de mi hijo hace tres años a raíz de un cáncer cerebral, es el día, la hora y aún tengo tantas preguntas que quizá jamás se puedan resolver. He venido auto trabajando en el duelo, apoyándome en libros, artículos, haciendo meditación, ejercicio y recibiendo el apoyo de mi núcleo familiar (esposo, madre e hijo menor). Considero, que aunque lo he venido manejando aún siento mucha tristeza y me siento identificada con el duelo enmascarado, es decir, mi cara es de felicidad, de «todo esta bien», pero solo anhelo el momento de irme con mi hijo, de estar con él. Puede leerse como algo desagradecido cuando mi red de apoyo ha estado ahí y hace todo lo posible para hacerme feliz, pero siento que este ya no es mi lugar. Hago un esfuerzo diario por apoyar a mi hijo menor que aún tiene secuelas por la partida de su hermano, es apático y cuando tocamos el tema se enoja, con él no puedo conversar del tema y siento que nadie le da la importancia que yo le doy. Finalmente era mi bebe, mi bebe de 16 años, mi bebe que sufrió y paso por cosas que nadie, absolutamente nadie debe pasar y menos un niño o adolescente. Alejo era inocente, fuerte, de carácter y con un humor negro excepcional, me enseño mas de lo que yo le pude enseñar a él.
    Me faltó tanto como madre, le falte en tantos momentos de su vida y me arrepiento pero ya no puedo devolver el tiempo y lo mejor que puedo hacer, es hacer las cosas bien y ser una madre presente para mi otro hijo, en honor Alejo.

    Gracias, gracias, gracias.

    1. Hola Carolina,
      Gracias a ti por compartir tu historia. Espero que hayas encontrado algunas respuestas para lo que estás pasando
      Un saludo

    2. Yo solo he encontrado paz en saber que es la Voluntad de Dios. Mi príncipe vivió 16 años y se fue por Leucemia linfoblástica Aguda T….fue tan rápido(4 de marzo 2022) casi no sintió síntomas imagino que mi hijo no sabia identificar sus molestias, era un niño muy sano no se enfermaba y corría 8 o 10 km cada 3 días y jugaba mucho. Dia a día es difícil ver la vida sin que este a nuestro lado físicamente. Mi esposa mi otro hijo de 12 años y mi bb de 3 meses me ayudan sin embargo la carga es por no entender en mi persona el porque no lo cuide lo suficiente. En mi es saber que es mi responsabilidad cuidar a mis hijos ..solo Dios sabe el porque paso y a la vez le agradezco la vida de mi hijo por sus 16 años…Todos los Dias de mi vida le agradezco a Dios y a Jesucristo ..Saludos y Dios los bendiga.

  4. Tengo una hermana que tiene un hijo que abusa de las drogas duras, ella esta totalmente estresada y teme mucho por su muerte, particularmenet creo que es algo que se ve venir. Cree ud que ella pueda vivir plenamente despues de este trauma, graciaspor la respuesta

  5. Acabo de perder a mi hija de tres años, estoy completamente hundida por su perdida,.pues fue complemente inesperada. Tengo otra hija de 6 años y no soy capaz de atenderlar como madre por qué la tristeza, irá, rabia , odio y dolor me tienen completamente pérdida. Mi casa es un castigo, el parque, sus juguetes y todo aquello que me la recuerda aún me hacen más desaparecer en mi pena … Como lo hago?

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